miércoles, 7 de agosto de 2013

EL REINO DE DIOS

REINO DE DIOS 

Etimología: Griego: se refiere al reinado o soberanía de Dios por sobre todas las cosas y es opuesto a los poderes terrenales.
En el Nuevo Testamento define al Reino de Dios como lo que hay que hacer y realizar Cuando Jesús habla del Reino de Dios nos está mostrando la Buena Noticia, de transformar lo malo en bueno, la injusticia en justicia, es decir que Reino es algo que nos transforma y nos cambia para el bien. Él nos habla muchas veces del Reino de Dios, que está cerca y la manera de explicarlo es con parábolas que son comparaciones que expresan una enseñanza.

Definición del Reino de Dios

Según el diccionario bíblico abreviado, define el reino, es una verdad parcial donde Dios actúa de una manera decisiva para restaurar todo lo que había destruido el pecado del hombre.
Según el autor Pedro de la Herrán define al Reino de Dios, El conjunto de bienes salvadores que Jesucristo trae al mundo: su amor, su doctrina y su ejemplo, sus sacramentos, su gracia salvadora

Según el Libro Ustedes son mis Amigos define al Reino, El reino equivale a reinado o gobierno .El reinado o imperio de dios tiene su comienzo en la tierra y establecimiento perpetuo en el cielo. La iglesia es el germen y el comienzo de este reino.

Características del Reino de Dios
Jesucristo presenta el Reino de Dios de diferentes maneras. Por tanto nos da algunas características del reino de Dios.

a)         Un reino interior y personal, en el que se entra por la renuncia del pecado y a satanás y ;por una entrega personal a Dios haciendo que el reine en nuestras almas con el total arrepentimiento y conversión de una orientación moral nueva

b)      Es un reino exterior y comunitario, formado por una nueva comunidad que agrupa a los que viven en gracia y son una sola esencia cuya parte principal es Dios. ‘’Un solo rebaño bajo un solo Pastor ‘’.

c)     Un reino universal y eterno, que engloba a todas las naciones: reino que no tendrá fin. Ahora está en pleno crecimiento como semilla que ha empezado a germinar. La semilla es la Palabra de Dios, palabra del Reino y el llamado a pertenecer, actuar y regirnos a él.

Elementos del Reino de Dios

A.     Elementos Externos: Con la institución de la iglesia , los sacramentos
B.     Elementos Internos: como la vida de la gracia y la acción del espíritu santo en las almas

Importancia del Reino de Dios 

Como lo indica Mat (6,33) ‘’Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todos estas cosas serán añadidas ’’……. Ya que es de mucha importancia en nuestras vidas alejando de nosotros todos lo material que tenemos y el resto vendrá por si solo por eso todos los cristianos  debemos  cambiar de corazón y de mente desterrando todas las malas ideas convirtiéndonos y aceptando la infinita misericordia de Dios.
Jesús espera que todos nosotros le abramos nuestro corazón para que viva en el pero él no lo hará sino lo dejamos por eso el Reino de Dios lo anuncia como la buena nueva y de esta manera  nos da las pautas para llegar a la salvación.
En  conclusión El "evangelio del reino" fue predicho en el Antiguo Testamento, predicada por Jesús, y debe ser predicado por nosotros hasta que todos los pueblos que oyen. Y este evangelio del reino es la buena noticia de que, en la venida de Jesús, Dios se movía en este mundo de una manera sin precedentes. Puesto que Jesús ha venido, Dios está ejerciendo su derecho a gobernar y en poderosas nuevas formas. Él está reuniendo un pueblo de una manera nueva. Él está dando poder a sus representantes en nuevas formas. Y en todo esto que está reinando en el trono. Esta es la venida y el adelanto de su reino.

El Reino de Dios en relación con Jesús y la Iglesia 

Hoy se habla mucho del Reino, pero no siempre en relación  con el sentir de la Iglesia. En efecto, se dan concepciones de la salvación y de la misión que podemos llamar "antropocéntricas ", en el sentido reductivo del término, al estar centradas en torno a las necesidades terrenas del hombre. En esta perspectiva el Reino tiende a convertirse en una realidad plenamente humana y secularizada, en la que sólo cuentan los programas y luchas por la liberación socioeconómica, política y también cultural, pero con unos horizontes cerrados a lo trascendente. Aun no negando que también a ese nivel haya valores por promover, sin embargo tal concepción se reduce a los confines de un reino del hombre, amputado en sus dimensiones auténticas y profundas, y se traduce fácilmente en una de las ideologías que miran a un progreso meramente terreno. El Reino de Dios, en cambio, "no es de este mundo, no es de aquí" (Jn 18, 36).
Se dan además determinadas concepciones que, intencionadamente, ponen el acento sobre el Reino y se presentan como "reinocéntricas ", las cuales dan relieve a la imagen de una Iglesia que no piensa en si misma, sino que se dedica a testimoniar y servir al Reino. Es una "Iglesia para los demás", —se dice— como "Cristo es el hombre para los demás". Se describe el cometido de la Iglesia, como si debiera proceder en una doble dirección; por un lado, promoviendo los llamados "valores del Reino", cuales son la paz, la justicia, la libertad, la fraternidad; por otro, favoreciendo el diálogo entre los pueblos, las culturas, las religiones, para que, enriqueciéndose mutuamente, ayuden al mundo a renovarse y a caminar cada vez más hacia el Reino.
 Ahora bien, no es éste el Reino de Dios que conocemos por la Revelación, el cual no puede ser separado ni de Cristo ni de la Iglesia.
Como ya queda dicho, Cristo no sólo ha anunciado el Reino, sino que en él el Reino mismo se ha hecho presente y ha llegado a su cumplimiento: "Sobre todo, el Reino se manifiesta en la persona misma de Cristo, Hijo de Dios e Hijo del hombre, quien vino "a servir y a dar su vida para la redención de muchos" (MC 10, 45)". El Reino de Dios no es un concepto, una doctrina o un programa sujeto a libre elaboración, sino que es ante todo una persona que tiene el rostro y el nombre de Jesús de Nazaret, imagen del Dios invisible. Si se separa el Reino de la persona de Jesús, no existe ya el reino de Dios revelado por él, y se termina por distorsionar tanto el significado del Reino —que corre el riesgo de transformarse en un objetivo puramente humano o ideológico— como la identidad de Cristo, que no aparece ya como el Señor, al cual debe someterse todo ( 1 Cor l5,27).

Asimismo, el Reino no puede ser separado de la Iglesia, ciertamente, ésta no es fin para sí misma, ya que está ordenada al Reino de Dios, del cual es germen, signo e instrumento. Sin embargo, a la vez que se distingue de Cristo y del Reino, está unida a ambos. Cristo ha dotado a la Iglesia, su Cuerpo, de la plenitud de los bienes y medios de salvación; el Espíritu Santo mora en ella, la vivifica con sus dones y carismas, la santifica, la guía y la renueva sin cesar.De ahí deriva una relación singular y única que, aunque no excluya la obra de Cristo y del Espíritu Santo fuera de los confines visibles de la Iglesia, le confiere un papel específico y necesario. De ahí también el vínculo especial de la Iglesia con el Reino de Dios y de Cristo, dado que tiene "la misión de anunciarlo e instaurarlo en todos los pueblos".

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